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Este año se cumplen 20 años desde que Reinhard Vöhringer inventó las exclusivas cubiertas autoventiladas VOEN.
La inspiración le llegó una noche durante una fuerte tormenta. El viento era tan fuerte que las tejas comenzaron a levantarse unos milímetros. Al día siguiente el viento se calmó. El techo todavía estaba allí, y nació la idea de las cubiertas VOEN con las solapas de plástico flexibles.
Después de un intenso período de desarrollo del producto, el concepto final estaba listo, y muy rápidamente ayudó a los productores de varios países a proteger su cultivo de la lluvia y el granizo.
Más tarde se descubrió que las cubiertas VOEN también evitan daños por heladas, viento, aves e insectos. La tolerancia al viento fue probada por los productores de frutas y verduras que viven en algunas de las áreas más expuestas del mundo.
Hoy en día, el sistema de recubrimiento VOEN se ha convertido en una solución completa con estructuras, cubiertas, sistema de hibernación y soporte técnico que se vende a productores de frutas y verduras en más de 25 países de todo el mundo. Y aunque la cubierta en sí se ha mejorado con el tiempo, el principio básico sigue siendo el mismo.
Las condiciones menos estresantes y más estables conducen a cultivos más productivos. Y sin riesgo de daños por lluvia, granizo o insectos, el agricultor puede dejar las cerezas en los árboles hasta que estén completamente maduras.
Las experiencias de los productores en múltiples climas y sistemas de cultivo indican un aumento del diámetro de la fruta cuando se utilizan cubiertas VOEN.
